Trabajar la psicomotricidad tanto fina como gruesa es fundamental en este Centro.
Cuando realizamos actividades psicomotrices estamos trabajando el desarrollo de capacidades para dominar el cuerpo y expresarse a través de diferentes habilidades , según la etapa en la que se encuentren.
El término de psicomotricidad integra las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensorio motrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto psicosocial.
La psicomotricidad así definida desempeña un papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad. De manera general puede ser entendida como una técnica cuya organización de actividades permite a la persona conocer de manera concreta su ser y su entrono inmediato para actuar de manera adaptada.
El objetivo de la psicomotricidad es el desarrollo de las posibilidades motrices, expresivas y creativas a partir del cuerpo, lo que lleva a centrar su actividad e investigación sobre el movimiento y el acto.
La psicomotricidad se divide en dos áreas: la fina y la gruesa.
La psicomotricidad fina: se refiere a todas aquellas acciones que la persona realiza básicamente con sus manos, a través de coordinaciones óculo-manuales, etc. Aquí está la pintura, el punzado, pegado, rasgado, uso de herramientas, coger y manipular cosas con la yema de los dedos, coger cubiertos, hilvanar, amasar, etc.
Psicomotricidad gruesa : se refiere a aquellas acciones realizadas con la totalidad del cuerpo, coordinando desplazamientos y movimiento de las diferentes extremidades, equilibrio, y todos los sentidos. Caminar, correr, rodar, saltar, girar, deportes, expresión corporal...
Un día trabajando la psicomotricidad gruesa:
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