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martes, 26 de abril de 2011

El impacto del clima en España

Continuando con la serie de trabajos que algunos de nuestros alumnos/as están desarrollando sobre el cambio climático, nos toca ahora hablar de cómo está afectando este cambio a España. Aquí os dejo una representación de los trabajos de nuestros alumnos, Edgar, Antonio y José Manuel.

1.¿ Cómo está afectando a España el cambio climático?

España es vulnerable al impacto del cambio climático y notará sus efectos adversos en los recursos hídricos, las costas, la biodiversidad y el ecosistema mediterráneo que, al padecer temperaturas más elevadas, sufrirá con más frecuencia incendios y olas de calor, según indicó a la prensa la subdirectora de la Oficina española de cambio climático, Concepción Martínez
Además, uno de los factores que emerge con más fuerza en buena parte del mundo pero sobre todo en la zona del Mediterráneo serán los problemas del agua. Así, la ONU calcula que para finales de siglo los problemas de abastecimiento de agua en Europa podrán afectar a unos 50 millones de personas y buena parte de esos problemas se producirán en las cuencas del sur y del Este y centro de Europa

2. ¿ Cómo afecta al mar, los insectos, el aire, los animales y la agricultura, el cambio climático?

Efectos en la agricultura:
España sufre desde hace años, como consecuencia del cambio climático que se está produciendo en el ámbito mundial, importantes impactos ambientales provocados por el aumento de las temperaturas. La temperatura media global de la superficie terrestre se ha incrementado de 0,4 a 0,8ºC desde el siglo pasado, y en la década de los 90 se encuentran los seis años mas cálidos de todo el período.
El cambio climático a largo plazo, en particular el calentamiento del planeta podría afectar a la agricultura en diversas formas, y casi todas son un riesgo para la seguridad alimentaría de las personas más vulnerables del mundo. Este cambio tendrá unos efectos directos sobre las cosechas, los suelos, los insectos, las plagas, las malas hierbas y las enfermedades.
Las principales variables climáticas que afectan a las cosechas son la temperatura, la radiación solar, la disponibilidad del agua y la concentración de CO2.
Las alteraciones que provoca el cambio del clima sobre la flora se convierten en Agricultura tradicional.
Los cambios en los patrones de las lluvias obligarán a variar las temporadas de siembra y cosechas, alterando la oferta en los mercados y la disponibilidad de los alimentos. Por lo general, cuanto más rápido cambia el clima mayor es el riesgo de que se produzcan daños.

En Europa, la zona mediterránea será la más afectada y sufrirá fuertes sequías e inundaciones. En el norte, la situación podría ser beneficiosa, ya que el aumento de las temperaturas haría el clima más benigno, lo que se traduciría en una mayor producción de las cosechas en algunas zonas y un ahorro en la energía destinada a la calefacción.

Las regiones mejor preparadas son Europa y América del Norte donde se dejarán notar los efectos negativos. Aunque se pueden esperar algunos resultados positivos, a corto plazo, como un aumento de las cosechas en algunas zonas o menor demanda energética para calefacción.

En cambio, la zona del mundo más sensible y frágil es la polar, donde los daños son ya visibles y los cambios se producirán más rápidamente, con la desaparición de los glaciares, la flora y la fauna.

Efectos en los animales:
La mayoría de los animales son muy sensibles a los efectos del cambio climático, y en especial si su ciclo reproductivo depende de ello. Pocos logran adaptarse a los cambios en el clima y al adelanto de las estaciones que ocurre actualmente con mayor frecuencia en el mundo, afectando su comportamiento. Se reproducen antes o después de su ciclo habitual, lo cual ocasiona un desequilibrio en los ecosistemas, influyendo que muchas especies tengan que cambiar su hábitat y hasta el tiempo para reproducirse con el fin de sobrevivir.
Las aves, las más afectadas. Las aves son los primeros animales que notan los cambios de temperaturas y sufren especialmente por los trastornos, en adelanto o retraso de su ciclo reproductivo durante los períodos de cría. Además, la velocidad con que ocurren los cambios climáticos, no les permite adaptarse, ya que requiere de mucho tiempo para hacerlo, y enfrentar este fenómeno. Del mismo modo, el aumento de temperatura y el calentamiento global originan mayores desplazamientos de aves a nuevos lugares menos calurosos para buscar refugio y poder sobrevivir.
Un estudio de la organización estadounidense Audubon advierte que durante los últimos 40 años, como consecuencia del calentamiento global, unas 180 especies de aves, solo de Estados Unidos y Canadá, se están trasladando hacia el norte, algunas de ellas, se han alejado hasta 150 kilómetros de su destino original, e inclusive, muchas especies costeras de clima templado, han emigrado hacia zonas de climas invernales donde no son aptas para sobrevivir.
Otro estudio de investigación de la Universidad inglesa de Durham concluye que con el aumento de las temperaturas y la variación de los hábitats, las aves se enfrentan a una considerable amenaza y se trata de su mayor desafío desde la era del “Pleistoceno”, período que comenzó hace más de 2,5 millones de años y terminó hace unos 12.000 años.

En el Ártico, la población de osos polares en declive. Un documental producido por National Geographic y filmado durante 15 años “Arctic Tale” (Un Cuento Polar), muestra a través de un relato sobre dos cachorros de oso polar que crecen en medio del cada vez mayor derretimiento del Ártico ocasionado por el calentamiento global –desde 2007 el hielo se ha reducido de 14 a 4 millones de kilómetros cuadrados– han debido adaptarse a la pérdida de su hábitat, buscando nuevos alimentos, formando pequeñas manadas (aunque esta especie es normalmente solitaria) y ha obligado a los osos a enseñar y traspasar conocimientos a sus crías de cómo sobrevivir.
Sin embargo, la situación para los osos polares, especie en peligro de extinción, es cada vez más difícil en su hábitat, el Ártico, por el calentamiento global. Su población se redujo en los últimos años un 22%, y la actual estimada en unos 25.000 entre Alaska y Canadá (60% de la población total), y además su declive se presenta en Groenlandia, Noruega y Rusia.


Efectos en el aire que respiramos
Aproximadamente la mitad de la población mundial vive en grandes ciudades que día a día crecen y se expanden, y generan unos niveles de contaminación que causan la muerte prematura de más de dos millones de personas cada año, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por eso, el lema del Día Meteorológico Mundial que se celebra hoy es “El tiempo, el clima y el aire que respiramos”, porque la calidad del aire que respiramos es decisiva para la salud humana pero también para cuestiones tan importantes como el clima, los cultivos, los desastres naturales o el cambio climático.
Durante siglos, los humanos lograron adaptarse bastante bien a las repercusiones del tiempo y el clima al adecuar la vivienda, la producción alimentaria, el suministro de energía y los medios de vida a las condiciones climáticas y medioambientales.
Sin embargo, en los últimos decenios, cuestiones como el crecimiento demográfico, la mayor demanda energética o el desarrollo industrial han generado una emisión de gases y partículas en tal cantidad que afectan a la salud humana y provocan asma, cáncer de pulmón, y enfermedades cardíacas, entre otras muchas afecciones.
Junto al daño a la salud humana, la mala calidad del aire afecta también a la economía mundial, la seguridad alimentaria, los recursos hídricos y el desarrollo sostenible (al dañar plantas, cultivos y ecosistemas).
Por todo ello, desde los años cincuenta, la OMM trabaja en la coordinación de las observaciones y análisis de la composición atmosférica para medir el grado de gases de efecto invernadero, aerosoles y ozono que contaminan el aire y afectan al clima.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), copatrocinado por la OMM, autor del Cuarto Informe de Evaluación que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2007, llegó a la conclusión de que el cambio climático es indiscutible y muy probablemente se debe al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero provocados por el hombre.

El IPCC también previó un aumento de la frecuencia e intensidad de las inundaciones, sequías y otros fenómenos meteorológicos y climáticos extremos como consecuencia de los cambios en el clima, en particular las olas de calor que pueden tener efectos perjudiciales para la salud humana, acentuar la contaminación y propagar los incendios forestales y la deforestación.

Prevenir y luchar contra todos estos agentes agresores es la labor del OMM que, desde su creación en la década de los cincuenta, ha coordinado las observaciones y análisis de la composición atmosférica que han contribuido a comprender el cambio de la composición química del aire y constituyen la base científica de las predicciones sobre los efectos del clima y sus repercusiones.

Efectos en el mar .
Aunque se controlen las emisiones contaminantes, nada podrá impedir ya que la temperatura global aumente en este siglo un grado más y que el nivel del mar suba otros 10 centímetros en todo el planeta. Según un nuevo modelo climático, la inercia térmica de los océanos prolongará los efectos del calentamiento global haciendo irreversibles las consecuencias para varias generaciones de gobernantes. Nuevos estudios señalan la conveniencia de preparar a la sociedad para cambios profundos que ya son inevitables, particularmente el aumento de las crisis sanitarias. Por Eduardo Martínez.





Efectos en los insectos.
Un equipo de científicos europeos ha evaluado el estado de conservación de los plecópteros, un grupo de insectos poco conocido que vive asociado al agua dulce. Los resultados del estudio demuestran que un 62,8% de todas las especies y subespecies europeas evaluadas son vulnerables al cambio climático, sobre todo en la Península Ibérica, los Pirineos y los Alpes.
Los científicos españoles, alemanes y austriacos evaluaron 516 especies y subespecies de insectos plecópteros en Europa. El estudio, que se publica en el último número de la revista Biodiversity and Conservation, da resultados "particularmente alarmantes" en las zonas más ricas en este grupo de insectos: los Alpes, los Pirineos y la Península Ibérica.
Según los investigadores, se producirá un empobrecimiento de estas especies de insectos en Europa lo que traerá consecuencias para toda la fauna y el ecosistema.
En total 21 especies con distribución reducida en el sur de Europa (región ibérica, Pirineos, Italia, Córcega y Balcanes) están "particularmente amenazadas", porque habitan regiones donde se espera para el periodo 2071-2100 un aumento anual de unos 4º C de media y una disminución de la precipitación de 0,25 milímetros al día.
Los insectos plecópteros tienen "los valores más elevados de intolerancia a las alteraciones ambientales en los diferentes índices de calidad ecológica de los medios fluviales utilizados hoy en toda Europa", señala Manuel J. López-Rodríguez, coautor del estudio y también investigador en la UGR.

3. ¿Cómo afectara a España en un futuro?

España, por su situación geográfica, sufrirá con más intensidad los efectos del cambio climático; por eso, en los últimos cien años, se ha calentado 1,5 °C, mientras que el promedio europeo ha sido de 0,95 °C y el global de 0,76 °C. Este aumento originará:

1. Más olas de calor que traerán más sequías y escasez de agua, más incendios forestales, y menos nieve: Las temperaturas subirán de 4 a 7 °C, en este siglo, lo que repercutirá en el Turismo y en la Agricultura.

2. Más tormentas y más inundaciones.

3. Aumento de la desertificación: Las zonas más afectadas son las Canarias, Andalucía, Comunidad Valenciana y Murcia, el Valle del Ebro, el Sur de Cataluña.

4. Playas menos extensas: Antes del 2050, retrocederán 15 m por la subida del nivel del mar, que será de 15 cm, lo que perjudicará a sectores como el turismo. Las zonas más afectadas por su altura serán: La Albufera de Valencia, Doñana, La Costa Brava, el delta del Ebro, y la Manga del Mar Menor (Por cada centímetro que suba el agua de mar, desparece un metro de playa).

5. Alteración de los ecosistemas naturales: Cambios en la fecha de floración de las plantas, y en la reproducción de especies, etc.

6. Incidencias sociales difícilmente evaluables: Disminución del turismo, desplazamiento de empresas de una Comunidad Autónoma a otra, cambio en la Agricultura, malestar entre la población, incremento de la mortandad de las personas porque se agravarán las enfermedades cardiovasculares por las olas de calor. etc.

4. Algunos consejos de cómo frenar el cambio climático desde casa y el trabajo.

En el trabajo:
1. Emplea los papeles escritos por una cara para escribir por detrás, usa papel reciclado y recíclalo depositándolo en el contenedor azul, solicita facturas electrónicas y no en papel, e imprime a doble cara.
2. Instala en tu ordenador un programa de ahorro de energía, y regala tu viejo ordenador a alguna ONG para los países del Tercer Mundo.
3. Conecta tu ordenador y periféricos a un enchufe múltiple con interruptor, para que al finalizar tu jornada laboral resulte más fácil desconectarlos con un sólo botón.

En casa:
Hay 10 cosas concretas que todos podemos hacer para frenar el calentamiento de la Tierra, según los organizadores del Primer Encuentro sobre Energía Municipio y Calentamiento Global. Como reza la campaña de concienciación lanzada a mediados de 2006 por la Comisión Europea, Tú controlas el cambio climático.

1. Cambia las bombillas
Reemplazar una bombilla tradicional por una de bajo consumo ahorra más de 45 kilogramos de dióxido de carbono al año. Cierto que la segunda es más cara, pero resulta más económica a lo largo de su vida. Una sola de ellas puede reducir hasta 60 euros los gastos de electricidad, según la Comisión Europea.

2. Apaga la tele y el PC
Sólo con apagar la televisión, el DVD o el ordenador cuando no estén en uso evitarás que miles de kilos de CO2 salgan a la atmósfera. No dejes los aparatos eléctricos en stand-by (espera): un televisor que permanece encendido durante tres horas al día (la media que los europeos ven la tele) y en stand-by las 21 horas restantes consumirá un 40 por ciento de la energía total en el modo de espera.
No dejes el cargador de tu móvil enchufado todo el tiempo, aunque no esté conectado al teléfono, porque seguirá consumiendo electricidad.

3. Conduce menos
Anda, monta en bicicleta, usa el transporte público. Ahorrarás 30 gramos de CO2 por cada 4,5 kilómetros que no conduzcas. Por cada litro de combustible que quema el motor de un coche, se libera una media de 2,5 kilos de CO2, según la Comisión Europea.
Bruselas también recomienda no correr con el coche: gastarás menos gasolina y emitirás menos CO2. Ir a más de 120 kilómetros por hora aumenta un 30 por ciento el consumo de combustible, frente a una velocidad de 80 kilómetros por hora.

4. Revisa los neumáticos
Si la presión de tus neumáticos baja 0,5 bares, tu coche consumirá un 2,5 por ciento más de combustible y, por tanto, liberará un 2,5 por ciento más de CO2. El ahorro de cuatro litros de gasolina evita la emisión de seis kilos de dióxido de carbono.

5. Recicla
Puedes ahorrar más de 730 kilos de CO2 al año al reciclar la mitad de la basura que se produce en casa.

6. Evita mucho embalaje
Escoge productos con poco envase: una botela de 1,5 litros genera menos residuos que tres de medio litro. En la compra usa bolsas reutilizables. Evita las toallitas húmedas y de papel. Puedes evitar la emisión de 1.100 kilos de CO2 si reduces tu basura un 10 por ciento.

7.Menos agua caliente
Es necesaria una gran cantidad de energía para calentar agua. Instala un regulador de caudal del agua en la ducha y evitarás la emisión de más de 100 kilos de dióxido de carbono al año.
Lava con agua fría o tibia y ahorrarás 150 kilos de CO2. Ahorras agua caliente y gastas cuatro veces menos energía si en vez de un baño te das una ducha. Cierra el grifo mientras te lavas los dientes. Asegúrate de que tus grifos no gotean: el goteo de uno puede hacer perder en un mes el agua suficiente para llenar una bañera.

8. Vigila los electrodomésticos
Tapar la cazuela mientras cocinas es un modo de ahorrar mucha energía. Aún mejor son las ollas a presión y las vaporeras, que ahorran un 70 por ciento de energía.
Usa la lavadora y el lavavajillas sólo cuando estén llenos. Si no lo están, usa programas económicos. No hace falta poner una temperatura alta, hoy los detergentes son eficaces incluso cuando es baja. Recuerda que si el frigorífico y el congelador están cerca de los fuegos o de la caldera, consumirán mucha más energía. Si éstos son viejos, descongélalos periódicamente. Los nuevos tienen ciclos automáticos de descongelación y son casi dos veces más eficientes. No pongas en la nevera alimentos calientes o templados; ahorrarás energía si dejas que se enfríen primero.

9. Ajusta el termostato
La oscilación de dos grados centígrados en invierno y en verano ahorra más de 600 kilos de dióxido de carbono por hogar en un solo año. Bajar la temperatura un grado puede reducir la factura de la calefacción entre un 5 y un 10 por ciento. Cuando ventiles tu casa, abre las ventanas unos minutos, no dejes escapar el calor mucho tiempo.
Si dejas una pequeña abertura todo el día, la energía necesaria para mantener el interior caliente durante seis meses de frío será de casi una tonelada de emisiones de CO2. Aísla bien tu casa. No abuses de los aparatos de aire acondicionado, consumen mucha energía y emiten unos 650 gramos de CO2. Y supone un coste en tu factura de 10 céntimos de euro por hora.

10. Planta un árbol
Un solo árbol absorbe una tonelada de dióxido de carbono durante toda su vida.

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